viernes, 19 de febrero de 2010

HOY: Nuestros carritos favoritos.

Atención: Esta nota puede herir susceptibilidades. Si usted es muy sensible, absténgase de leer.

Los carritos son los que nos salvan de la muerte de hambre. Nuestra teoría es que hay una diferencia entre lo autóctono y lo grasa. O lo mersa, para no herir a susceptibles. Por ejemplo, ¿qué lugar es bien grasa para ir a comer? Il Gatto Trattorias; Plaza del Carmen; Pompeii; Hooters; Burger King; Tazz; todos los tenedores libres de la avenida Santa Fe; y la mayoría de los locales de los patios de comida, excepto “King Arabia”, que tiene los mejores shawarma del mundo.

Entonces, lo que tiene que ver con nosotros es que los carritos, siempre y cuando sean bien elegidos, te transportan a la experiencia autóctona de comerte una tierna vaca. Comés rico, abundante y barato. Quedás bárbaro con tu pareja, porque evitaste ir a un lugar mersa en donde te sirven plástico con salsa de lata y puré chef. Mejor, comete una rica carne asada entre un pan medio húmedo, con un chimi de la ostia.

He aquí nuestros elegidos:

- Carrito Kotroko’s. Sobre la costanera y la plaza donde solía estar Ski Ranch. Pedir bondiola, colita de cuadril, y una grande de fritas. La razón por la que nos gusta éste es porque es el que está más lleno de gente, el que se queda sin nada de producción, y en el que hacen todo en el momento. Productos frescos, sin refrigeración en el río.


- Carrito sobre calle Olleros, a pasitos de la estación Lisandro de la Torre, Belgrano. Hacen una especie de chivito uruguayo con mezcla de mano de obra bolita, alucinante. Le ponen huevo a la plancha, morrones, panceta, cebolla, y te lo sirven dentro de una bolsita plástica transparente, para que no te chorrees con todos los condimentos que hay para meterle. Comen muchos seres enanos, los jockeys. Trabajan enfrente, el hipódromo. Un espectáculo visual. El sánguche es más grande que ellos.

- Coquito. Panchos, a 5 metros de la estación San Isidro. Esto va a sonar vomitivo, pero no dejen de hacerlo. Hay que pedir, entre los 25 que están deglutiendo dentro del local de 2 x 5 metros, un pancho y un licuado. Es de banana con leche. Lejos, una combinación orgásmica fuerte. El pan es suavecito y dulzón, la salchicha media jugosa y ahumada. El licuado fresco y querés más de un vaso.

- Despensa Karina. Sánchez de Bustamante, entre Arenales y Santa Fe. Está un poco escondida. Karina no es una despensa más por una única razón: hace un pan RIQUÍSIMO, tipo baguetín, siempre calentito. Y dentro del pan, puede venir jamón crudo y queso; cocido, lechuga y tomate; incluso milanesa, y no es nerviosa.

- Extrañamos el de las tortas fritas de Raúl Castells, atendido por Nina Pelozzo. No confundan, esto no tiene que ver con ninguna cuestión política, que lejos estamos de compartir. Simplemente nos parecía el lugar más digno de Puerto Madero.

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